No me invento que había olvidado por completo la existencia de este blog que alguna vez hice. Luego de más de un año el regreso ha de ser apoteósico, merecedor de que este delirio titulado pulir huesos haya retornado de ninguna parte, de allí donde estuviera.
Pues aquí celebro con todos los que han querido asomarse la suerte y el privilegio que nos son concedidos al escuchar música negra, la más negra que pueda imaginarse. Y esta es quizá una de las mayores bendiciones que existe. Amigos, sujétense bien a su asiento, hablo de Aretha Franklin, aquella señorita de voz irrepetible, la hijita del predicador, la jovencita que empuñanado una pistola puso a correr a su hombre de aquella temporada; acaso infidelidad y celos, pero el detalle de la pistola dice mucho del carácter de esta dama. Miss Aretha Franklin. Y este es el disco, opino con una firme humildad, más grande que salió de su garganta.
'Amazing grace', lp doble de 1972, grabado en directo con the Southern California Community Choir.
Advierto que el gospel es una de las vertientes de la música negra que menos me interesa y, sin premeditado embargo, este disco cargado de gospel por todos los costados me emociona, me atrapa, me sorprende cada vez que lo escucho. Y en cada ocasión comprendo que me gusta más y más.
Todo lo que pueda escribir acerca de esta maravilla jamás alcanzaría a explicar lo que aquí se esconde.
Aquí es suyo
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